Droga para borrar recuerdos
Científicos en Estados Unidos han descubierto que un medicamento utilizado comúnmente para reducir la presión arterial podría ayudar a la gente que ha vivido situaciones traumáticas. Sin embargo, algunos expertos se muestran preocupados por el posible abuso que pudiera tener un fármaco capaz de "borrar" los recuerdos.
El equipo de psiquiatras de la Universidad de Cornell, en Nueva York, ha descubierto en pruebas con animales que el betabloequeador propranolol puede interferir en la forma que tiene el cerebro para almacenar los recuerdos. Según los investigadores, la terapia psicológica que se le da a la gente que sufre síndrome de estrés postraumático, por haber sido víctima de una situación violenta como los ataques ocurridos en Londres o Madrid, no siempre es efectiva, y por eso se están buscando otras alternativas.
Sin embargo, un experto consultado por BBC Mundo indica que el ser humano debe responder de forma natural al estrés postraumático y no se debe interferir con medicamentos.
Miedo y recuerdo
El síndrome de estrés postraumático afecta a una de cada tres personas que son víctimas de situaciones violentas y traumáticas, y un sonido o un olor fácilmente pueden desencadenar los recuerdos dolorosos. El estudio, publicado en la revista Nature, se llevó a cabo con ratas que habían aprendido a temer a un sonido que precedía a los choques eléctricos.
La investigación ha demostrado que las ratas perdían ese miedo si se les suministraba propranolol cuando se iniciaba el sonido. Los investigadores planean ahora llevar a cabo pruebas clínicas con humanos para ver si el propranolol(Inderal) funciona cuando se experimentan los síntomas del estrés postraumático, como aceleración del ritmo cardiaco o dificultades para respirar.
El peligro de olvidar
Otros expertos, sin embargo, se muestran preocupados por el uso de un medicamento para tratar el estrés postraumático. "Hasta ahora lo que se utiliza como tratamiento de este trastorno, es una técnica que se llama debriefing", ha indicado el doctor Miguel Angel Cherro, ex vicepresidente de la Asociación Internacional de Psiquiatría Infantil y del Adolescente.
Esta técnica intenta "expresar a través de la palabra lo que la persona vivió en el acontecimiento para elaborar el indudable impacto que produce una situación estresante", indica el especialista, "pero no se usan medicamentos". Pero ¿qué pasa cuando ésta y otras terapias basadas en la expresión del individuo no tienen efecto y la persona se ve incapacitada debido al estrés postraumático?
Mecanismos de defensa
Según Miguel Angel Cherro, un ejemplo son las personas que se vieron sometidas a la tortura, y que no pueden hablar del acontecimiento incluso pasados varios años. "Existen mecanismos internos de defensa que impiden a la persona hablar sobre acontecimientos dolorosos, porque si accede a esos recuerdos, se desajusta".
"En el caso en que la persona no puede hablar directamente del acontecimiento, los especialistas debemos respetar ese mecanismo interno y buscar otras vías para acercarnos al núcleo que le está produciendo ese mutismo". En esos casos extremos, indica el especialista, no se trata ya de un estrés postraumático sino un estrés que ha quedado fijado en la persona con la misma intensidad y la violencia con que se produjo en el pasado.
Y a veces pasarán años antes de que el individuo pueda acceder a esos recuerdos, pero tal como señala Miguel Angel Cherro, "éstos son los elementos que hasta hoy han demostrado ser efectivos en el tratamiento del estrés postraumático".
Abuso
Bloquear los recuerdos no es algo normal porque el ser humano está formado de sus recuerdos. Somos lo que recordamos y lo que no recordamos, y si alteramos esto, estaremos alterando nuestra identidad
Otros expertos se muestran preocupados por el posible abuso que pudiera tener un fármaco capaz de "borrar" los recuerdos. Una droga así, dicen, podría ser utilizada, por ejemplo, por los militares que para evitar que los soldados sean sensibles a la violencia. "Bloquear los recuerdos no es algo normal", dice Cherro, "porque el ser humano está formado de sus recuerdos. Somos lo que recordamos y lo que no recordamos, y si alteramos esto, estaremos alterando nuestra identidad".
Una vez más, dicen los expertos, la ciencia quizás está jugando con lo que no se debería de tocar.
Propranolol es más eficaz que los corticoides en hemangioma
Como ya ocurrió con otras revoluciones terapéuticas, el propranolol llegó al tratamiento de los hemangiomas por casualidad: hace un año, un niño francés afectado por un gran hemangioma recibió el betabloqueante como terapia de la hipertensión arterial que también sufría; en cuestión de días, los médicos que lo trataban constataron una mejoría espectacular, así que lo achacaron al empleo del betabloqueante. Pronto se confirmó en otros pacientes que efectivamente la mejoría era atribuible al fármaco, y este uso experimental ha ido ganando terreno en todo el mundo hasta hoy, cuando el tratamiento con propranolol(Inderal) de los hemangiomas, además de ser una realidad en las consultas, acapara protagonismo en publicaciones médicas y reuniones científicas. Así ha ocurrido en el Curso Nacional sobre Anomalías Vasculares, el primero de estas características, que se ha celebrado en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, en Madrid. Su responsable, Antonio Torrelo, jefe de Sección de Dermatología del centro madrileño, ha destacado la presencia de los especialistas con más experiencia en España en el tratamiento del hemangioma; la cita ha servido también para consolidar un grupo nacional multidisciplinar de estudio de anomalías vasculares, que planea encuentros periódicos anuales.
En el curso también ha participado Ilona Frieden, jefa del Servicio de Dermatología Pediátrica del Hospital Infantil de la Universidad de California en San Francisco, que se ha centrado en el síndrome de Phace, acrónimo inglés de las alteraciones que lo caracterizan: anomalías de la fosa posterior del cerebelo (p), hemangioma (h), anomalías de la aorta (a), cardiacas (c) y oculares (e).
Sin llegar a ser un síndrome muy frecuente, Torrelo destaca que sólo en el Niño Jesús se tratan unos seis u ocho casos de Phace al año y que se aprecia un aumento en la incidencia, en consonancia con lo observado en otras partes del mundo: "El hemangioma es una patología emergente. En la literatura médica este tipo de alteraciones se ha relacionado epidemiológicamente con la prematuridad, los embarazos múltiples y los procedimientos invasivos durante la gestación (amniocentesis, prueba de vellosidad coriónica)".
Neoplasia peculiar
El hemangioma es un tumor normalmente benigno, pero peculiar porque tiene un patrón segmentario, que es más típico de los procesos malformativos por anomalías en el desarrollo embrionario, y además presenta una evolución sui generis: crece súbitamente tras el nacimiento y luego, muy lentamente, disminuye de tamaño.
"Los grandes hemangiomas pueden mejorar de manera espontánea al cabo de los cinco o seis años, pero prácticamente todos necesitan tratamiento", explica Torrelo. Los de gran tamaño se tratan en los primeros meses de vida, al igual que los que afectan a alguna estructura vital, como el ojo, la nariz y las vías respiratorias; "este es el caso de los Phace, que suelen ser de gran tamaño, segmentarios y que afectan al ojo".
En cuanto al tratamiento, el abordaje convencional eran los corticoides, hasta la irrupción del propranolol. "Ha sido un gran avance; el betabloqueante obtiene resultados muy buenos, evitando la toxicidad de los corticoides", apunta el dermatólogo.
Por el momento sólo se emplea este fármaco de la familia de los betabloqueantes. "Hasta ahora ningún otro ha sido ensayado ni en el volumen ni con los resultados del propranolol(Inderal)".
Para Torrelo, cuyo equipo prepara ya un trabajo con unos 20 niños tratados en el Niño Jesús, es importante avanzar con cautela porque, "aunque la medicación no es nueva, hay que tener presente que son pacientes pediátricos y su manejo requiere un equipo especializado. Si ahora surgiera alguna complicación asociada al fármaco, aunque fuera atribuible a una administración inadecuada, la repercusión podría frenar futuros usos, lo que al final iría en detrimento de muchos otros niños".
A este respecto, ha recordado que "todavía estamos aprendiendo sobre la respuesta a estos fármacos, que parece depender bastante de la localización: con el propranolol responden mejor las neoplasias que se ubican en la zona del cuello, parótida, boca y vía aérea".
En los pacientes no respondedores, poco tienen que ofrecer los corticoides, a juicio de Torrelo; estos casos pueden beneficiarse de la cirugía.
Migraña: nuevos avances en la administración transdérmica de fármacos
Un nuevo estudio de investigadores de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Valencia (CEU-UCH) ha revelado que tres habituales fármacos de administración oral contra la migraña (nadolol, hidrocloruro de propranolol y almotriptán) podrían administrarse a través de la piel y conseguir una mayor tolerancia y comodidad de la terapia para los pacientes. Los resultados de esta investigación experimental forman parte de la tesis doctoral Estudio de la absorción transdérmica de fármacos para la migraña, realizada por María Aracely Calatayud, profesora de Medicina y Enfermería de la CEU-UCH.
A través de ensayos in vitro en piel de cerdo, Calatayud ha analizado la difusión de los fármacos, el efecto de la aplicación de distintos compuestos químicos y el método físico iontoforesis (introducción de iones de sustancias activas a través de la piel, mediante la aplicación de corriente continua de baja intensidad a los tejidos). De los resultados se desprende que los compuestos químicos que han resultado ser más eficaces para favorecer la absorción transdérmica son el azone, para el nanodol, y el R-(+)-limoneno, en el caso del hidrocloruro de propranolol, lo que evidencia la importancia de la lipofilia del fármaco y del promotor químico para conseguir un aumento en la absorción.
AMPLIOS SUBGRUPOS
En cuanto a los métodos físicos, la estrategia más eficaz para incrementar la permeación de los betabloqueantes, y especialmente del malato de almotriptán, es la iontoforesis. "Los flujos transdérmicos obtenidos en este estudio in vitro a través de la piel de cerdo apuntan a la viabilidad, a priori, de su administración transdérmica", apunta Calatayud.
Aunque recuerda que a estos estudios le deben suceder la caracterización de los sistemas terapéuticos de administración transdérmica, el estudio in vivo en animales de experimentación para la determinación de la farmacocinética de los fármacos betabloqueantes y el triptán, y la evaluación de la aplicación del dispositivo desarrollado y, finalmente, la realización de un estudio clínico con seres humanos.