Nueva aprobación en disfunción eréctil
Stendra pertenece a la familia de los inhibidores de la fosfodiesterasa 5, por lo que no se debe utilizar con nitratos, habituales en pacientes con angina de pecho.
Menarini incorpora avanafil, de Vivus
Menarini se ha hecho con los derechos para comercializar Stendra (avanafil), para disfunción eréctil, en más de 40 países europeos además de Australia y Nueva Zelanda. Stendra es un nuevo inhibidor de la fosfodiesterasa-5 aprobado tanto en Europa como en Estados Unidos, en este caso como Stendra.
El primer año se estima que Vivus pueda llegar a recibir 39 millones de euros, en virtud de las ventas, incluido un primer pago de 16 millones de euros. En total, podría llegar a recibir 75 millones de euros.
"Stendra es un importante activo a nuestra cartera comercial", destaca Alberto Giovanni, vicepresidente del Grupo Menarini. Por la parte de Vivus, Timothy E. Morris, vicepresidente senior de desarrollo corporativo, afirma que Menarini fue elegida "por su amplia presencia en Europa y su historia de lanzamientos exitosos".

Menarini venderá Stendra en Europa
La compañía norteamericana Vivus ha alcanzado un acuerdo con la italiana Menarini y su filial Berlin Chemie por el que ésta última comercializará y promocionará el medicamento Stendra -avanafilo- en más de 40 países europeos además de Australia y Nueva Zelanda.
Stendra es un nuevo inhibidor de la fosfodiesterasa-5 (iPDE5) autorizado por la FDA estadounidense y la Comisión Europea para el tratamiento de la disfunción eréctil.
La disfunción eréctil se polariza
En España, el 20 por ciento de los hombres de entre 25 y 70 años tiene dificultades de erección, o lo que es lo mismo, unos dos millones de varones padecen disfunción eréctil. Se trata un problema creciente debido a que cada vez se viven más años y con mejor calidad, de tal forma que "hay temas que pasan a ser relevantes, como el de la función sexual, porque los varones mayores no quieren renunciar a su vida sexual y acuden a nuestras consultas", explica Ignacio Moncada, jefe de Urología del Hospital La Zarzuela, en Madrid. Pero también "aumentan las consultas de hombres jóvenes, a menudo por problemas psicológicos y de pareja". Y con todo, "aún hay muchos afectados que aceptan su limitación como normal y no preguntan al médico", indica el también secretario general de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva.
Comparando el momento actual con el pasado, Moncada observa una polarización hacia los extremos: "Nos consultan hombres de más edad y más jóvenes que hace unos años, cuando predominaban los varones de edad media". Incluso acuden menores de 30 años, y "es un grupo que a mí me llama la atención, y en casi todos la causa es un problema psicológico". Lo atribuye a "una inversión de roles entre hombres y mujeres, que hace que ellos se sientan más preocupados por estar a la altura de la situación que crea una ansiedad de ejecución en muchos hombres que hace que funcionen mal".
El urólogo descarta que la disfunción eréctil en los jóvenes sea por consumo de sustancias de abuso, y se inclina más por "un problema de inseguridad; temen ser criticados y juzgados por cómo funcionan". Y advierte de que "hay productos (finasteride) para el crecimiento del pelo que impactan negativamente en la actividad sexual".
Los expertos lamentan que aún haya muchos hombres que acepten como normal la merma de sus condiciones sexuales, ya que hay numerosos tratamientos que resuelven el problema con gran eficacia.
Concretamente, Moncada destaca los inhibidores de la fosfodiesterasa 5, (Viagra, Cialis, Levitra y Stendra) que "son igual de efectivos y seguros y funcionan muy bien", con pequeñas diferencias entre ellos que afectan, sobre todo, "a la rapidez de la acción, la duración del efecto o los efectos adversos", aunque "globalmente, son todos ellos medicamentos seguros y eficaces", insiste. Entre las novedades, el representante de Asesa señala alprostadil en crema (comercializado con el nombre de Virirec), que es una opción de gran ayuda para personas que no quieren tomar fármacos que tienen un efecto sistémico. "Es un producto con un efecto local, como las inyecciones que se pinchaban en el pene", aclara.
Arsenal terapéutico
El arsenal farmacológico no ha desplazado a la cirugía. De hecho, el especialista asegura que cada vez se hacen más implantes de prótesis porque "son intervenciones muy eficaces, con un nivel de complicaciones muy bajo y resuelven el problema de disfunción definitivamente". Es una solución "para aquellos que no responden a la terapia".
Aunque existen soluciones, Moncada reconoce que, "generalmente, la disfunción eréctil, cuando llega, lo hace para quedarse", sobre todo a partir de una determinada edad y cuando hay factores de riesgo cardiovascular (HTA, hipercolesterolemia, tabaquismo y diabetes). "Lo podemos tratar y disponemos de suficientes opciones para ir manejando el problema, pero cuando se agrava, y ya no responde a los tratamientos farmacológicos, es el momento de la cirugía", y establece un paralelismo entre la disfunción eréctil y la artrosis: a pesar de las terapias, llega un punto en el que hay que implantar una prótesis.
Para atajar la disfunción eréctil, se pueden utilizar más armas que las farmacológicas o quirúrgicas. De la misma manera que un estilo de vida poco sano favorece su aparición, unos hábitos saludables intervienen positivamente en la función sexual. "Los hombres que están en forma y practican ejercicio físico, no fuman ni son obesos, tienen más probabilidad de no tener disfunción eréctil". Hay otros factores que son incontrolables, como la edad o la genética, pero cuidar todos los factores de riesgo cardiovascular, y unos hábitos saludables, son unos buenos aliados. El andrólogo insiste en que "un buen estado de salud ayuda, pero si hay problemas es necesario consultar con el médico, porque hay soluciones que mejoran la vida del individuo y la de su pareja".